martes, 22 de julio de 2008

El club del hachis

Es bien conocida la predilección de muchos escritores por ciertas sustancias tóxicas como el alcohol (Edgar Allan Poe, Jack London, Malcolm Lowry), el opio (Thomas de Quincey) o los alucinógenos (Aldous Huxley). Aunque la cuestión acerca de si las drogas pueden o no ampliar la creatividad y la percepción de los artistas es un tema cerrado a todo debate -decididamente poco pueden hacer sin el necesario talento-, recientemente se publicó en España "El club del hachís", libro que recoge una serie de escritos relacionados con esta sustancia. ¿Los autores? Algunos consumidores célebres como Baudelaire, Dumas, Rimbaud e incluso Marco Polo. El llamado "Club del hachís" se formó en París en el siglo XIX. Celebraban sus reuniones en el Hotel Pimodan, en donde ingerían la sustancia, que entonces aparecía como una curiosa sustancia verde muy distinta de la que hoy se mezcla con el tabaco. Gautier retrata una de estas sesiones en un texto publicado en 1846: "El doctor tomó una cucharilla dorada para trocear algo con apariencia pastosa, como mermelada, y se inclinó ante una bandeja con cuenquitos de porcelana japonesa, para distribuir una porción del tamaño del dedo pulgar en cada uno". También Gautier hace referencia al origen del nombre de esta droga. Sus raíces provienen del antiguo Oriente, de la Secta de los Asesinos liderada por un misterioso personaje conocido como el Viejo de la Montaña. Este hombre conseguía la obediencia absoluta de sus siervos haciéndoles ingerir esta sustancia. Así pues, su nombre proviene de hachisín, comedor de hachís, raíz del apelativo "asesino".
Baudelaire retrata la ingesta y los efectos en un texto extraído de "Sobre el vino y el hachís", que suele incluirse en las ediciones de Los paraísos artificiales: "Al exaltar la personalidad y, al mismo tiempo, la percepción de un sentimiento muy vivo de las circunstancias y el medio en que se vive la experiencia, la ingestión de hachís requiere un ambiente y una compañía agradables. Pues así como cualquier alegría y sensación de bienestar se multiplica por mil, también cualquier angustia resulta infinitamente profunda.
Los textos de estos escritores se completan con un extracto de la obra "Historia de las drogas", redactada por Antonio Escohotado, en donde se dan más detalles sobre su evolución. Por supuesto, no hay que ver este volumen como una apología del consumo de drogas, sino como una recopilación de experiencias relatadas por escritores de innegable calidad literaria. Un viaje por los rincones ocultos de la percepción y las reuniones sociales.

1 Opina sobre esta noticia:

Anónimo dijo...

Déjame decirte que todo lo que escribo lo hago en las mismas condiciones de Baudelaire, igual que tu no pretendo hacer apología del uso sustancias para esta actividad, el talento es lo que el autor pretende reforzar abstrayéndose del mundo sordo que habita. No se lo digas a nadie :)