Rostros de «ice»

EN INGLÉS «ICE» significa hielo; en el mundo de la droga hay que traducirlo como destrucción. La metanfetamina, conocida como «ice» o «cristal», produce una paulatina deformidad del consumidor. Tras dos años, una chica de 23 parece una anciana. Alerta: ha llegado a España METAMORFOSIS. Los efectos tras año y medio de consumo (arriba).
EL «CRISTAL» DEFORMA. Su aspecto salino difiere de su amargo sabor. La transparencia de su estructura oculta su rápida acción sobre el sistema nervioso central. Destruye todo vínculo con la realidad. Desinhibe hasta perder la orientación sexual. El ice es la «droga del sexo» por excelencia. Sus efectos duran de seis a ocho horas. Un consumidor habitual deja de dormir una semana sin problema. Pero no se siente cansado. Las señales que envía el cuerpo al cerebro están bloqueadas. En el momento en que se ha pasado de un mes de consumo diario, el ser humano pasa a ser un títere (o un esquizofrénico). A los tres meses, si se opta por beberlo, el hígado estará destruido. Su rostro, en cualquier caso, lucirá lleno de llagas. En un año, habrá envejecido seis. En dos años, 12. Y así sucesivamente... Si no es aniquilado por el VIH, lo matará el envejecimiento prematuro. En el 2006, se calcula que 40 millones de personas a nivel mundial lo han probado. Los focos principales actualmente son Estados Unidos (de allí provienen las imágenes), Japón, Australia y Canadá.

LA AMENAZA LLEGA A ESPAÑA. Y viene del norte. En el Reino Unido existen ya miles de adictos. España parecía inmune a su seductor efecto. Pero no. El año pasado la policía ha interceptado los primeros grandes alijos de esta droga. Sólo en Murcia y Salamanca, en 2006, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Policía Nacional (UDYCO) incautó siete kilos o 210.000 dosis. Esto ha significado un crecimiento de más del 500% con respecto a 2005. En esas zonas, así como en el Levante, la Costa del Sol, Galicia e Islas Baleares, ya es habitual su venta. Su valor de mercado es de entre 15 y 20 euros por dosis. La delegación de gobierno de Madrid muestra «inquietud» por el ingreso de esta sustancia en discotecas de moda. En Santiago de Compostela se ha detectado su consumo en los macrobotellones, convocados hace unos meses. La red de distribución de la droga proviene de Inglaterra. La amenaza del ice nos mira a los ojos. Pronto le veremos el rostro.