lunes, 13 de octubre de 2008

Así operan mafias de autos robados

'Peineros’ y ‘descuartizadores’ en los ‘camales’ integran estas bandas. Quiénes roban carros, cómo actúan, qué piezas son las preferidas y qué destino tienen. Este delito es menos riesgoso y más lucrativo que el narcotráfico.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos. De pronto, el auto que da cierto estatus social o sirve como herramienta de trabajo ha desaparecido. Para las autoridades precisar cuántos vehículos son robados al día es una tarea casi imposible, pero lo que sí tienen claro es que en la actualidad es una actividad menos riesgosa y más lucrativa que el narcotráfico y que ha incorporado en sus métodos ilegales robos a mano armada y labores de inteligencia, incluso superiores a las utilizadas por la propia Policía.
En una punta de esa red están los que dirigen las bandas, algunas veces desde las cárceles, y en la otra se encuentran los que venden los vehículos o las partes robadas.
Y aunque parezca extraño, la fase final de este tenebroso negocio: la venta de lo robado se realiza a plena luz del día, en los mercados negros de San Jacinto (San Luis) y La 50 (Independencia), y también en tiendas de autopartes que dicen desarrollar una actividad legal y que están diseminadas en diversos barrios de la ciudad.

UN 'INDUSTRIA' TENEBROSA

El circuito de esta "industria" ilegal comienza con el robo de un vehículo a ‘pedido’ de los comerciantes que se contactan con las bandas criminales.
Los cabecillas a su vez buscan a los denominados ‘peineros’ para que roben un determinado auto y lo lleve hasta una cochera o al garaje de un hostal donde ‘duerme’ una o dos horas para evitar el rastreo satelital.
En el submundo del hampa el ‘peinero’ es considerado un ‘artista’, un individuo hábil, capaz de abrir y arrancar un coche en cuestión de segundos para entregarlo por unos soles a los ‘descuartizadores’ de carros. Realizan un ‘trabajo’ sigiloso y sin violencia.
Luego, el coche es conducido a un ‘camal’ donde la banda que contactó al ‘peinero’ paga lo pactado: 500 soles por un Tico o de 1,800 a 2 mil soles por una station wagon.
El carro es desarmado y sus puertas, capós, ventanas, luces, cajas de cambios, motor, computadoras y otras partes más pequeñas se venden por un total que varía entre los 10 y 15 mil soles.

CONOZCA A LOS MAFIOSOS

Este comercio ilegal se alimenta de los elevados precios de los repuestos originales, sobre todo de los importados, lo que hace casi imposible que puedan ser adquiridos por la vía legal por los taxistas u otros transportistas.
El negocio de la venta de autopartes robadas en Lima es controlado por al menos 12 mafias.
En La 50 la Policía ha identificado entre los principales cabecillas a los llamados Chino Cuy, Chato Carlos, Santi, Walter y El Che.
En San Jacinto operan organizaciones a cargo de El Tobi, El Gordo, La Tía Esther, El Tigre, Olga, El Chavo y Nick.
"Son los principales líderes que controlan esta actividad ilícita", sostiene un oficial de la División de Prevención de Robos de Vehículos (Diprove). "Incluso cuentan con un pool de abogados", insistió.
Detrás del robo de vehículos, entre 15 y 20 al día, según datos oficiales, están las bandas cuya ‘industria’ prospera gracias al mercado negro de repuestos.

MÁS DE 5 MIL ROBOS

El jefe de la Diprove, coronel Mario Grados Lau, señala que en lo que va del año han sido denunciados 5,278 robos y hurtos de vehículos de los cuales han sido recuperados 3,595 (casi el 70 por ciento).
"El robo de autos es un negocio menos peligroso y más rentable que el narcotráfico", señala.
Los ladrones de autos actúan por temporadas. Ubican el automóvil, estudian el comportamiento de su propietario para establecer con precisión cuánto tiempo lo deja estacionado, a qué hora lo parquea y cuánto tarda en retornar.
No trabajan en una sola zona. Caminan permanentemente en busca de potenciales víctimas.

HORAS Y AUTOS PREFERIDOS

Grados Lau explica que los días de mayor incidencia de robos son los sábados y jueves.
Las bandas –añade– operan generalmente entre las 18 y las 22 horas. Prefieren los autos, las camionetas station wagon y las pick up, de las marcas Toyota, Nissan, Volkswagen, Daewoo y Hyundai.

CALLES PELIGROSAS

Para las autoridades las calles más peligrosas son la c. 45 de la Av. Aviación, la c. 52 de la Av. Benavides y la c. 10 de Manuel Holguín (Surco); c. 18 de la Av. San Luis, c. 1 de Enrique Pastor y las c. 23, 25 y 10 de la Av. Aviación (San Borja); c. 13 de la Av. Constructores y la c. 10 de la Av. La Molina (La Molina).
Carlos Izaguirre-Universitaria, la c. 40 de la Av. Las Palmeras, las c. 14 y 15 de la Av. Los Alisos, óvalo Huandoy, primera entrada de Pro, mercado de Villa Sol (Los Olivos).
Av. Los Quechuas, cuadras 4, 5, 6, 10 y 11 (en esa zona de Ate-Vitarte se han robado 17 carros); Av. Gran Chimú, cuadras 3,8,9 y 14 (en San Juan de Lurigancho, se robaron 12 carros). Hay ocasiones en que las condiciones del atraco no permiten hacer grandes desplazamientos, entonces los carros se esconden.
Se han encontrado vehículos robados en parqueaderos públicos, en hostales y en el interior de algunos complejos residenciales.
La Diprove ha capturado a 73 integrantes de 28 bandas que operan en Lima, identificadas como: Los Clonadores de Los Olivos, Los Parranderos de San Miguel, Los Ruteros, Los Autoparteros del Rímac, Los Chips de Huachipa, Los Bandoleros de Ancieta Alta, Los Caníbales de Santa Anita y Los Fantasmas de La 50.

LO QUE DICE LA LEY

Benévolas. Para el jefe de la Diprove, coronel Mario Grados, las normas legales vigentes permiten que los delincuentes actúen con confianza, pues las penas para receptación es de uno a tres años.
Severidad. Explicó que muchos de los robos comienzan con el homicidio de los conductores. "Tenemos que modificar el artículo 194 del Código Penal con una pena mayor a los 4 años para que sea efectiva", opinó.

Luces a $ 30, motor a 600 y una caja a 250

Las luces halógenas son útiles para facilitar la visión en lugares nublados. En el mercado negro cuestan 100 soles.
Los sincronizadores activan la doble tracción que da potencia adicional al vehículo para actuar en todo terreno. Su precio en el mercado informal es de 100 dólares.
Las minicomputadoras que controlan todos los sistemas de los autos de última generación pueden costar 600 dólares.
El motor es desmontado y vendido en precios que van desde 300 a 600 dólares o por partes (blocks, pistones, bielas, cigüeñales, válvulas y culatas). El alternador, el generador y el distribuidor también son comercializados. La caja está US$ 250.

0 Opina sobre esta noticia: