jueves, 26 de abril de 2007

Los alijos de hachís se reducen de forma drástica en Alicante

La costa de Alicante, que en los dos últimos años había sufrido un constante incremento de las incautaciones de alijos de hachís, apenas ha vivido un par de episodios de importancia desde que comenzó 2007. La Guardia Civil, encargada de la vigilancia costera, atribuye la práctica ausencia de operaciones antidroga de importancia al efecto disuasorio de la implantación del sistema de vigilancia exterior (SIVE) -que en el Estrecho se utiliza también para prevenir la entrada de ilegales-, según explicaron fuentes del Instituto Armado.
Ya a finales del pasado mes de enero la Fiscalía Antidroga de Alicante detectó un descenso de las incautaciones de hachís, que se han desplazado tanto hacia el norte como hacia el sur de la provincia. Si bien las operaciones policiales contra la venta al menudeo se han mantenido constantes, lo cierto es que transcurridos cuatro meses desde el inicio de 2007 la Guardia Civil sólo ha desarrollado tres operaciones de relativa importancia en la costa.
Las dos primeras se produjeron el pasado 18 de enero, cuando se abortaron dos desembarcos simultáneos en las localidades de Benissa y Santa Pola. En total se incautaron 3,3 toneladas de resina. La tercera tuvo lugar en Torrevieja, el 7 de febrero. Sin embargo, en este caso los traficantes no llegaron a desembarcar, ya que los efectivos de vigilancia marítima les abordaron a sesenta millas de la costa. La operación se saldó con el decomiso de dos toneladas de hachís.
Cambio de tendencia
La realidad actual de la lucha contra el narcotráfico en Alicante supone un fuerte cambio de tendencia, después de que en los últimos años el contrabando de hachís experimentase un notable incremento en la costa alicantina.
Según la memoria de 2006 de la Fiscalía, se había detectado el asentamiento de diversos grupos organizados, contra los que se había actuado en medio centenar de operaciones, de las que se derivaron 227 detenidos acusados de más de 300 delitos relacionados con las drogas.
La Comunidad, y especialmente Alicante, se convirtieron en ruta de entrada preferente de las mafias del norte de África tras la implantación del SIVE, que desplazó los alijos hacia Huelva y Cádiz, por un lado, y Murcia y Alicante, por otro, desde 2005.
La implantación del mismo sistema en la provincia, muy demandado por la Guardia Civil, ha logrado de momento cerrar la puerta que se había abierto.

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